El general romano Escipión el Africano, liberó a los rehenes celtíberos que estaban retenidos en la que sería a partir de entonces Carthago Nova, en 219 a.C.
Tras lo cual la historia nos narra que rechazó a una joven bella que le habían reservado sus soldados. Pero no solo no aceptó el presente sino que además la devolvió a su familia y prometido.
Este resumen somero pertenece a la conocida escena clásica que protagonizó el General Romano.
Llamémosle Clemencia, magnanimidad o Continencia de Escipión,estas son las denominaciones convencionales de un tema artístico muy desarrollado desde el Renacimiento y el Barroco sobre todo en la pintura (Bellini, Anthony van Dyck, Nicolas Poussin, Lemoine, Tiépolo, Federico de Madrazo,…), pero también en la literatura o la ópera (sólo entre 1664 y 1815 hasta 19, de Francesco Cavalli, Alessandro Scarlatti, Tomaso Albioni, Georg F. Handel, J. Christian Bach…).
Pues nos quedamos de las muchas versiones que sobre esta obra hay, con la de Federico de Madrazo.
Desde luego los antecedentes de este pintor eran como para allanar el camino de su carrera.
Federico nació el 9 de Febrero de 1815 en Roma. A la sazón su padre, José de Madrazo era pintor de la corte de Carlos IV quien se hallaba en el exilio. Fue bautizado en la Basílica de San Pedro y su padrino fue el Príncipe Federico de Sajonia.
Podemos afirmar que nació en un ambiente erudito. Al poco tiempo su padre regresó a Madrid donde llegó a ser pintor de cámara 2º, pues Vicente López era el primer pintor de cámara para Fernando VII.
Estudió en la escuela de Alberto Lista teniendo como compañeros alumnos de la talla de José Espronceda.
Así con esas inigualables bases el joven Federico se fue educando y formando de tal manera que como su padre, llegó a ser pintor de cámara y director del Museo del Prado. Pintor de cámara con Isabel II y director del Museo del Prado en dos ocasiones, hito que hasta el día de hoy no ha conseguido nadie. También dirigió la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Y es aquí donde queremos hacer una pausa para referir una situación anecdótica.
El ingreso de Federico de Madrazo en la Academia de San Fernando es datado por algunos cuando tenía 19 años. Según algunas fuentes no había cumplido los 20 años cuando ingresó en la Academia como Académico de mérito.
Sin embargo, hace algún tiempo asistí a una magistral presentación de Don José Luis Díez, quién en calidad de Director de la Reales Colecciones de Patrimonio Nacional regresaba a la que por años fue su casa, el Museo del Prado. En aquella ocasión nos maravilló con sus conocimientos sobre la figura de Federico de Madrazo y aportó algunos datos novedosos o al menos para mí lo fueron.
El Sr. Diez explicó como el propio José de Madrazo orquesto la gestión para que su hijo, un jovencísimo Federico de tan solo 15 años , y no 19 como señalan otras fuentes, realizara la prueba para ingresar como académico de número o como se conoce ahora, académico de mérito.
Y así sucedió que Federico pudo hacer, primero la prueba “ de repente”, que consistía en un dibujo y la prueba “de pensado”, donde se realizaba ya la obra definitiva.
Precisamente el cuadro que pintó Madrazo y con el que consiguó el ingreso a la Academia fue, “La Continencia de Escipión”.
El lienzo no despliega las capacidades y maestría que Madrazo alcanzaría con el paso de los años pero el contexto y época en que se realizó le confiere una relevancia única.
Este magnífico cuadro se conserva aun hoy, en La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Sin embargo si tiene la oportunidad de visitar el Museo de la Academia, no se desanime si no logra verlo. Ese privilegio se reserva solo para algunos afortunados, entre los cuales tengo la suerte de contarme.
A principios de Diciembre del año en curso, desde el departamento de Archivo, Biblioteca y Publicaciones fui invitado en calidad de Director de la Colección Pedrera Martínez a visitar la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y me asignaron para la ocasión como anfitrión al Académico Don Victor Nieto Alcaide. Director del Departamento de Historia del Arte de la UNED y Premio Nacional de Historia de España, concedido por el Ministerio de Educación y Cultura, Don Victor nos recibió con amabilidad y trato cortés …en su despachó.
Para estar a la altura de tan honrosa acogida, llevamos al Académico un documento de la Colección Pedrera Martínez de 1570, un documento legal de un litigio atendido por la Chancillería de Valladolid.
EL profesor examino con interés y sumo cuidado el manuscrito y nos regaló varios comentarios sobre sus impresiones tocante a las decoraciones que aparecían en aquel documento.
No contento con ello, tuvo a amabilidad de regalar para nuestra Colección un Facsimil de Francisco de Goya.
- Informe al Plan de Estudios de la Academia , 14 de Octubre de 1792. Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Sin embargo hubo otro regalo implícito en aquella visita que acreditamos con una imagen. Nada mas entrar en la estancia amplia y diáfana, fuimos invitados a tomar asiento. Escorado a mi derecha enseguida observé con admiración y cautela que el cuadro que colgaba en el despacho de Don VIctor, era nada menos que el mismísimo cuadro mencionado que pintó Federíco de Madrazo a la edad de 15 años.
Exactamente allí teníamos a escasos centímetros “ La Continencia de Escipión”.
Tras mantener una reunión afable y productiva no pude contener más la emoción y expresé a Don Victor mi pasión por aquella pintura y las muchas veces que la había admirado a través de reproducciones. Me permitió que la observara de cerca incluso se ausentó durante un espacio breve de tiempo el cual aproveché para mirar embelesado el cuadro, alimentado por todos os antecedentes que de él conocía.
Para concluir la visita, me llevé como testimonio del encuentro una fotografía con Don Victor Nieto con “ La Continencía de Escipión “ de telón de fondo.
Y como despedida mostramos al Académico algunos de los Madrazo (Raimundo) que tenemos en nuestra Colección de los cuales escribiremos en ocasiones futuras .