Un paseo por el tiempo
SIGLOS XVI, XVII Y XVIII
Un paseo por el tiempo

Decía Francisco Umbral que “La pintura es la gran pizarra de la historia”, y no puedo coincidir más con él.
A medida que uno recorre los pasillos de alguno de los grandes museos de Europa, está recorriendo con sus ojos y su intelecto páginas y páginas de la historia de su país o su continente.
Y en escasos metros caminados se abarcan siglos de acontecimientos trascendentales. Relatos de batallas, triunfos más que derrotas por supuesto. Coronaciones de Reyes. Retratos de monarcas. Santos y religiosos entregados a su fe. Pero también, costumbrismo.,paisajismo. Acontecimientos históricos con su sesgo político. Vestuarios, trajes e indumentarias. E incluso estados de ánimo y tribulaciones del alma. ( véase el perro semi hundido de Francisco de Goya).
Sin duda alguna, una gran “pizarra de la historia” y sin embargo nos quedamos cortos si limitamos las pinturas a un mero papel de testimonio del tiempo.
Andy Warhol decía que “ Toda pintura es un hecho. Las pinturas están cargadas con su propia presencia”.
Así de rotundo, así de sencillo y así de complejo.
El espacio que le invitamos a transitar con UN PASEO POR EL TIEMPO es un recorrido que se inicia prácticamente a inicios del Siglo XVI, allá por 1502 y que concluye en 1793, finalizando el Siglo XVIII.
Como no podría ser de otra manera, 300 años dan para mucho, desde cualquier perspectiva que se adopte.
Y es que desde las primeras pinturas que forman parte de nuestra Colección y más concretamente de la Selección “ Un paseo por el tiempo” hasta las últimas, habremos abarcado acontecimientos tan dispares como:
Siglo XVI. El descubrimiento de América ( permítasenos esta licencia pues fue solo diez años antes ), la época colonial, las reformas protestantes, Leonardo da Vinci pinta la Monalisa, Miguel Angel la capilla Sixtina …
Siglo XVII . Se publica la primera parte del Quijote. Se termina la actual basílica de San Pedro de la Ciudad del Vaticano. Nace Isaac Newton. Finaliza la dinastía Ming.
Siglo XVIII. En Rusia se funda la aldea de San Petesburgo. Antonio Vivaldi es ordenado sacerdote. Gibraltar pasa a ser parte del Reino Unido. Luis XIV, el Rey Sol muere. Nace George Washington. En Madrid se coloca la primera piedra del Palacio Real. La primera revolución industrial.
Un muy sue generis resumen sin duda. Pero el caso es demostrar la sucesión de acontecimientos tan importantes que en tres siglos que abarca nuestra sub colección han ocurrido.
A esto queremos agregar que algunos de los cuadros a los que vamos a aludir son en sí atemporales. Ciertamente se pintaron en un año concreto y por tal motivo el escenario el ropaje y otros detalles están acordes con el momento cronológico. Sin embargo algunos elementos que se descubren con una mirada atenta a la obra, trascienden al tiempo y al ámbito de contexto histórico.
Por ejemplo. Giacomo Cerruti, pintor italiano que nació en 1698 pinta su “Viejo mendigo “, tomando como era su costumbre, un sujeto humilde como modelo. Cerruti mismo llego a ser llamado “Pitocchetto” ( el pequeño mendigo ). Cuando uno se acerca por primera vez a esta pintura, la impresión es que se hace difícil concentrarse en simplemente mirar el cuadro. Y es que uno se siente observado al ver la imagen del pobre viejo harapiento. De repente el espectador descubre que unos expresivos ojos lo miran con tal fuerza y de manera tan directa que casi cuesta aguantar su mirada.
Poco a poco cuando mengua esa sensación, otros matices cobran fuerza y protagonismo. La expresión contenida del rostro, ese gesto que mezcla humillación, vergüenza y melancolía con una potente sensación de dignidad, fortaleza y cordura. Son tan ricos y variados los matices que nos traslada el pintor italiano con esta imagen congelada que vale la pena dedicarle una buena ración de tiempo. Algunos han visto en la mirada del mendigo un reproche casi personal al que lo observa. Una punzada a la conciencia satisfecha del que antes de ver el cuadro no se siente responsable de nada malo de lo que ocurre a su alrededor, hasta que el viejo le pone en la tesitura de preguntarse ¿ No tendré yo algo que ver con la situación de este pobre anciano?
Frida Khalo decía que las pinturas llevan con ellas su mensaje de dolor y Pablo Picasso aseguró que él no pintaba lo que veía sino lo que sentía. Y esto precisamente nos traslada Giacomo Cerruti. Algo más que una mera escena, algo de mucho más alcance que una instantánea de un viejo desafortunado al que las cartas le fueron mal dadas. El maestro del pincel nos imbuye en su obra y nos hace participes de los sentimientos del protagonista, involucrándonos y hasta afectándonos anímicamente.
Este es solo un ejemplo de una de las pinturas que incluimos en “ un paseo por el tiempo” pero hay más. Muchas y muy diversas.
Incluso manteniéndonos en el mismo Siglo XVIII, encontramos un maravilloso lienzo pintado en 1769 por el maestro de la escuela veneciana Francesco Guardi, escuela a la que pertenecieron grandes pintores como Lorenzo Lotto, Tiziano o Tintoretto.
El cuadro en si es una obra pequeña, si n nos referimos únicamente a sus medidas, 32 x 42 cm. Si lo medimos en otros parámetros menos contables o medibles la pintura, óleo sobre lienzo es una gran obra. Titulada Canal convergente, Venecia, nos muestra una imagen de uno de los canales de Venecia un tanto singular que parece bifurcarse y que sin definir mucho los edificios que aparecen en el fondo, podemos adivinar no obstante su identidad.
Como se ha descrito su pintura tiene entre otros rasgos comunes la expresividad con la que dota a los colores y los contornos difuminados. Ambos elementos pueden apreciarse en esta pintura de nuestra colección.
La pintura de Francesco Guardi era conocida como “pittura di tocco ( de toque ) debido a sus reiteradas y pequeñas pero enérgicas pinceladas. Siglos después los impresionistas franceses tuvieron en alta estima las obras de Guardi.
Aunque sea una breve alusión, estamos obligados a mencionar otro pintor excelso de este período, Siglo XVIII. Adriaen Gryeff, pintor y marchante barroco flamenco especializado en la pintura de bodegones y escenas de casa.
Pues bien, si en el Siglo XVIII la obra que tenemos en la colección, a pesar de no ser numerosa, pertenece a grandes maestros, consagrados y referentes, entrando en el siglo XVII ocurre algo similar. Las pinturas que tenemos no dan para hacer una exposición sobre este período pero sin embargo los autores son algunos de los mayores genios de la pintura universal.
Por eso nos limitamos a mencionar sus nombres y lo demás queda dicho.
Gerard Seghers, el pintor barroco flamenco , uno de los mas destacados caravvaggistas.
El pintor, dibujante y grabador español José de Ribera, también conocido por su apodo, el espagnoleto.
Y el artista más importante de la historia de los países bajos, el pintor y grabador neerlandes, Rembrandt Harmenszoom van Rijn.
Por último contamos con dos excepcionales pinturas del Siglo XVI que por ahora mantendremos en al anonimato pues en un futuro próximo tendrán una relevancia y difusión especial.
Don Antonio Pedrera concibió una magnífica colección que hilvana a la perfección valor y buen gusto, sensibilidad e intuición.
¿En que se basó para adquirir estas obras que hoy componen su colección? ¿Qué criterios seguía al momento de pujar por un cuadro del Siglo XIX y meses después por una pintura del XVI?
Difícil responder a estas cuestiones, pero hace poco leyendo una cita de Picasso creí encontrar la respuesta.
“La pintura es más fuerte que yo, siempre consigue que haga lo que ella quiere”
Pablo Picasso

Contacto
Marcos Bello
Director de la colección